Por suerte aún quedan guindales en Bogajo y realmente cuando florecen en primavera son un espectáculo. Este año he tenido la suerte de estar en Bogajo durante su floración y merece la pena. La flor del guindal es totalmente blanca y muy fina, semitransparente. Mucho se habla de la flor del almendro y se olvida la flor del guindal; quizás unos cardan la lana y otros se llevan la fama.
Varias generaciones recordamos el sabor agrio de las guindas, pero no por ello dejábamos de cogerlas, robándolas, y comerlas.
Fotos de varios guindales de Bogajo, uno está en las cortinas de la iglesia y los otros son "los guindales de la cortina de la señora Amelia", hoy de Yeya y Emilio.
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