Malos vientos corrían por Bogajo, en toda España también, la última década del siglo XIX y las primeras décadas del XX; en Bogajo la alta densidad de población, alrededor de 850 habitantes, el pago de impuestos, el arcaico sistema de producción, la meteorología adversa y las pocas tierras para cultivar causaron una gran miseria que provocó hambre, necesidad, alta emigración y que los amigos de lo ajeno aguzaran el ingenio.
Pero ¿qué se podía robar si perras no había? pues ovejas, marranos, caballerías...y hasta un árbol. Sí había algo muy goloso en Bogajo: las mercancías que se almacenaban en el muelle de la estación: quincalla, chocolate, cerillas, harina, jabón...
Alguno de aquellos robos en Bogajo que llegaron a los papeles:
No hay comentarios:
Publicar un comentario